Esos «bordes» adorables

Me encantan los personajes bordes, esos que muerden con sus palabras, que parecen puerco espines lanzando sus púas cada vez que abren la boca. La literatura romántica está plagada de ellos porque en el fondo, nos encantan a todas, aunque hay una cosa que no me gusta de la mayoría de ellos, y es que la bordería acaba siendo justificada por algún hecho traumático de su pasado (maltrato y/o abuso infantil, falta de amor, una traición, tener el corazón roto…). Como si un personaje no pudiera ser borde porque sí, porque ese es su carácter, y punto.

Por eso, de las novelas que he leído en estos últimos meses, quiero destacar tres que se salen de esta norma, porque sus «bordes» lo son porque sí, porque les da la gana, y no tienen que justificarlo con traumas.

Creo que Louis de Argenteuil (El juego de la inocencia, Marisa Sicilia) es el único protagonista masculino que conozco dentro de la novela romántica, que es producto de la educación que ha recibido. No solo es borde, también es pedante, desagradable, egoísta y carece de compasión. Un personaje al que odié y compadecí a partes iguales desde el primer momento, y que solo redimió la habilidad de Marisa Sicilia para hacerlo evolucionar durante el transcurso de la narración. Louis no tiene traumas que lo lleven a ser desagradable y borde con los demás, simplemente es así porque así le enseñaron a ser.

Alexandra (Saga Indomable, Kattie Black) es una mujer batalladora con una lengua afilada que no se arredra ante nada. Quizá su lengua y su actitud sea la consecuencia del mundo que la rodea cuando la conocemos, pues se mueve por los bajos fondos, pero no es una choni, sino que tiene clase, mucha clase, y esa mezcla de boca sucia, actitud beligerante y porte elegante, es lo que hace que Crowley, el protagonista masculino, caiga en sus redes. Creo que es la protagonista femenina que más me ha impactado y «enamorado» de todas las que he leído estos últimos meses (y más).

La tercera es Daniela Vivancos (Malos presagios, Angélica Bovarí). Esta muchacha tiene veneno en la boca, no se calla nada, lo que piensa, lo suelta antes de analizarlo, y es sarcástica hasta hacer sangre. A Alonso, el protagonista masculino, lo lleva por la calle de la amargura porque le suelta cada fresca que lo deja temblando. Y lo que más me gustó es que, cuando por fin aceptan lo que sienten y empiezan a salir, ella no se convierte en una tonta babosa, sino que lo vapulea verbalmente siempre que es necesario. No me refiero a insultos, pero sí sabe darle donde más duele y bajarle los humos de macho man cuando es necesario.

¿Os gustan los personajes bordes y sarcásticos? ¿Cuáles son vuestros preferidos y de qué novelas son? 

Acerca de Yo Leo Erotika

Lectora empedernida de erótica y romántica; cinéfila y melómana; rockera y caótica; me encanta la ópera y el teatro, mucho más el clásico que el actual.
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15 respuestas a Esos «bordes» adorables

  1. R. Crespo dijo:

    ¡Hola! A mí también me gustan esos personajes, aunque en realidad yo suelo ser de varios tipos siempre que sean coherentes y no me resulten aburridos. Tienen que transmitirme, más que nada, y que yo note la química que debe haber entre ese personaje y su pareja (en caso de las novelas románticas). Aún no he leído ninguno de esos libros y pronto me pondré con El juego de la inocencia, así que cuando así sea, a ver si me acuerdo y te digo si opino como tú. Aunque por lo poco que sé de él y tal… seguro que me encantará jeje.

    Saludos ❤

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  2. Ahora que veo esto, ya sabes cuánto me gusta que recuerdes con cariño a Louis… XD Muchas gracias, María, significa mucho para mí que a pesar de ser un protagonista distinto le deis una oportunidad. Y sí, tampoco creo que todos tengan que estar traumatizados, hay quien es borde y qué le vamos a hacer??? También merecen un poco de amor 😉 Un beso muy grande!!!

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  3. Sandry dijo:

    ¡Hola!
    Soy nueva por tu blog^^
    Me ha gustado la entrada 🙂
    Besitoos

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  4. Mayte Esteban dijo:

    ¿Y ellas? Porque también pueden ser bordes, ¿no? Hay personas en la vida real que tienen una mierda de carácter y, a pesar de todo, los queremos. Las novelas no solo pueden, sino que deben reflejar el mundo a veces contradictorio en el que vivimos.

    Un beso

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    • Bueno, de las tres novelas que recomiendo, en dos, las bordes son ellas ja ja ja ja ja ja ja así que sí, por supuesto que ellas también pueden ser bordes. Es más, yo prefiero a una protagonista borde que a una pánfila, mil veces.
      Gracias por comentar.

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      • No sabes lo tranquila que me quedo!! La protagonista de la novela que estreno esta semana es bastante borde y el otro día en el blog comentaba que quizá asumo un riesgo muy grande al elegir a un personaje de este tipo, porque quizá no se empatice con ella. Pero… me gusta el riego y Paula se presta 😉

        Besos

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  5. ¿El riego? ¡El riesgo! Jajaja

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